En 1624, Bernini recibió el primer encargo oficial: el Baldaquino de San Pietro, toda vez que la Basílica volvía a concentrar el interés de un papa mecenas Urbano VIII, deseoso de sistematizar la zona de su altar mayor, verdadero nudo arquitectónico y simbólico del templo. Su ejecución consumió nueve años de trabajo (1624-33), generando muchos problemas. Como el de la provisión de los materiales, que Bernini, seguro de la concesión pontificia, resolvió expoliando todo el bronce del Panteón, lo que suscitó numerosas críticas, entre ellas las del médico papal G. Mancini, culto coleccionista y experto en pintura, al que se atribuye el satírico dístico.
lunes, 4 de junio de 2012
( Velazquez ) Las ilanderas
Velázquez pintó el cuadro hacia 1657, en su etapa de mayor esplendor, para un cliente particular: Pedro de Arce. Como pintor del rey, Velázquez no solía atender encargos privados, pero en este caso hizo una excepción pues Arce era "montero" de Felipe IV, o sea, organizaba sus monterías (jornadas de caza) y, por tanto, tenía ciertas influencias en la corte de Madrid. A principios del siglo XVIII el cuadro pasó a formar parte de las colecciones reales y luego ingresó en el Museo del Prado.
( Velazquez ) La venus en el espejo
Utiliza el tema mitológico para atenuarlo, dado que en la época no era bien visto el retratar a una mujer desnuda sino era por ser una diosa. Venus se encuentra recostada sobre unas sábanas, despaldas al espectador, que era una posición con connotaciones eróticas en la Antigüedad, y su fisonomía es la de una mujer normal, quitándole todos los elementos mitológicos tradicionales ya que Velásquez solía utilizar los mitos como excusa representándolos como personas normales. Sólo puede verse su rostro distorsionado en un espejo que sostiene Cupido, representado por un niño alado desnudos.
(Velazquez) La fragua de Vulcano
La fragua de Vulcano es una obra de Diego Velázquez pintada en Roma en 1630, según informa Antonio Palomino, durante su primer viaje a Italia y junto a La túnica de José, opinión compartida por la crítica. Ambos cuadros fueron pintados sin mediación de encargo, por iniciativa del propio pintor quien los conservó en su poder hasta 1634, vendiéndolos a la corona en esta fecha, junto con otras obras de mano ajena, para la decoración del nuevo Palacio del Buen Retiro.
Las meninas ( Velazquez )
Las Meninas es la obra más famosa de Velázquez. Fue pintada por el genial artista sevillano en 1656, según Antonio Palomino, fecha bastante razonable si tenemos en cuenta que la infanta Margarita nació el 12 de julio de 1651 y aparenta unos cinco años de edad. Sin embargo, Velázquez aparece con la Cruz de la Orden de Santiago en su pecho, honor que consiguió en 1659. La mayoría de los expertos coinciden en que la cruz fue pintada por el artista cuando recibió la distinción, apuntándose incluso a que fue el propio Felipe IV quien lo hizo.
(Velazquez ) Los borrachos
El artista quiso representar a Baco como el dios que obsequia al hombre con el vino, que lo libera, al menos de forma temporal, de sus problemas cotidianos, por lo que Baco se convierte en uno de los borrachos que participan en la fiesta, diferenciándose de los demás por su piel más clara.El asunto ha sido tratado como una escena realista y popular, del mismo modo que si estuviésemos ante una merienda de amigos en el campo; por esto el título original ha sido sustituido popularmente por "Los Borrachos".
Felipe IV ( Velazquez )
Este retrato formó parte de una serie de retratos ecuestres para el Palacio del Buen Retiro. El Salón de Reinos recibe este nombre pues allí se colocaron las obras, y servía para recepciones de monarcas y fiestas celebradas en su honor. Es exhibido en el Prado, Madrid. Posee medidas de 301 x 314 cm. No hay duda de que fue pintado entre 1633 y 1635, cuando Velázquez regresó de su primer viaje a Italia.
El incendio acaecido en el Buen Retiro hacia 1640, hace que Velázquez deba realizar correcciones en algunos cuadros. Tal es el caso de Felipe IV a caballo, donde la figura del monarca se inclina un poco para perfeccionar la posición de su busto.
El incendio acaecido en el Buen Retiro hacia 1640, hace que Velázquez deba realizar correcciones en algunos cuadros. Tal es el caso de Felipe IV a caballo, donde la figura del monarca se inclina un poco para perfeccionar la posición de su busto.
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